Desde el nacimiento de la música clásica, las mujeres que se atrevieron a componer fueron tratadas con condescendencia: su vida sexual era objeto de escrutinio y a menudo servía para cuestionar su autoría. Sin embargo, las ocho protagonistas de este ensayo desafiaron las convenciones sociales que trataban de excluirlas del ámbito artístico y, pese a las adversidades, lograron fraguar una obra propia.