Los dos relatos que hoy presentamos se gestaron a finales de 1912, uno de los períodos más productivos de la vida de Kafka, durante el cual compuso además "La transformación". "La condena" supuso la aparición del "verdadero Kafka"; alguien transformado en un escritor de rasgos maduros y originales: "El fogonero", por su parte, uno de los relatos más luminosos y entretenidos.