Algunas historias difuminan o emborronan su origen. A partir de ahí la vida se contempla. Una joven profesora reinicia su vida en una nueva casa, lejos de otra época, probablemente acompañantes de otro hogar. Pero no está sola. Esa contemplación es compartida por el trasiego y la quietud, las miradas y los silencios de dos especiales, una perra y un gato.