La ópera no es una reliquia del pasado; es un mundo vivo en el que se reflejan los cambios culturales y sociales. Así lo demuestra esta detallada crónica permite comprender las entretelas de esas metamorfosis tanto del versado en la materia como el aficionado curioso. A lo largo de estas páginas asistimos, fascinados, a la disolución de su forma decimonónica hasta sus mutaciones más experimentales.