George Falconer lucha por sobreponerse a la repentina muerte de su pareja, Jim. Corre el año 1962, y pese a la vida privilegiada que lleva en Los Ángeles, su rutina se ha convertido en un doloroso recordatorio de lo único que le permitía soportar el opresivo «sueño americano»: la intimidad amorosa en la que podía comportarse espontáneamente y liberarse de los disfraces que le impone la sociedad.