Inveterado insomne, un guionista de cine tangerino descubre que para conciliar el sueño necesita matar. La primera víctima será su madre. Pero el efecto se reduce con el tiempo y debe reincidir. Se transforma en un durmiente «a sueldo». De incógnito, comete crímenes tan perfectos como los del cine. Cuanto más importantes son sus víctimas, mejor duerme, y así proseguirá la escalada.