Tras el horror nazi, la historia alemana fue sometida a un drástico proceso de revisión. Según la historiografía dominante de posguerra, las causas de la tragedia recaerían en la propia Alemania, en su militarismo y en sus ambiciones expansionistas, en su marcado autoritarismo, nacionalismo y antisemitismo. Pero ¿pueden imputarse los horrores del nazismo a una predisposición alemana o cabría más bien entenderlos como el resultado de una trágica concatenación de acontecimientos? Es esta segunda interpretación la que sostiene este libro. Alejado de posiciones revisionistas o germanófilas, esta obra es tal vez una de las primeras iniciativas intelectuales europeas que pone de manifiesto cómo el expansionismo y el militarismo, el racismo y la falta de consolidación democrática fueron atributos no solo exclusivos de la historia alemana que va de Bismarck a Hitler, sino comunes a otras importantes naciones europeas. La tragedia alemana no sería resultado de sus deficiencias estructurales como de una perversa combinación de acontecimientos inesperados y de decisiones con consecuencias insospechadas.