¿Pudo Grossman escribir dos novelas tan desiguales a pesar de concebirlas como un todo? La presente edición responde a esta pregunta. Aparte de devolver a la novela el título original, por primera vez la reconstruye con los más de cien fragmentos que la censura soviética obligó a suprimir. Con ello, la novela se enriquece y se llena de matices, hasta convertirse en una obra distinta de la que se había podido leer.